Hace muchos años tras una lesión en la rodilla mientras hacía “steps” en el gimnasio de delante de casa, retomé la natación y asistí a mi 1ª clase de Yoga. Me pareció aburridísimo y declaré que eso tan lento no era para mí.

Unos años después, descubrí la meditación y la filosofía espiritual de la India, donde encontré las respuestas que no sabía que buscaba. A partir de entonces me interesé por el Yoga y empecé a practicar en la pausa de mediodía en un estudio cerca del despacho de abogados donde trabajaba. Era un yoga dinámico que me sentaba muy bien.

Después de cursar mi 1ª formación de profesores empecé a dar clases a unas amigas sin saber que un tiempo después sustituiría profesionalmente el traje y los tacones por las mallas y la esterilla.

Más de diez años, dos hijas y muchos cursos, formaciones y talleres más tarde, doy clases de haṭha raja Dharma Yoga, Vinyāsa, yoga terapéutico, y de yoga prenatal y postnatal.

Comparto lo que he aprendido y lo que practico de manera sencilla, cercana y honesta. Y mi mayor ilusión es contribuir a que el Yoga ayude a que cada cual viva su propia vida con sus propias circunstancias de una forma más plena, serena y saludable practicando de la manera que sea más compatible con su horario.