Algunos consejos sobre qué aspectos debes tener en cuenta cuando practiques la postura de Yoga de la paloma “Kapotasana”. Incluye vídeo.
Una de las muchas cosas buenas de practicar Yoga con la guía de un(a) profe experimentad@ es que puede revisar tu forma de entrar, mantener y salir de las ásanas y aconsejarte sobre los posibles aspectos a mejorar, de modo que puedas profundizar en la postura y aprovechar al máximo sus beneficios tanto físicos, como mentales, energéticos y psíquicos sin lesionarte. A falta de profe que te mire, en este blog puedes encontrar algunos consejos sobre posturas de Yoga frecuentes.
El ásana en la que nos fijamos en este artículo es kapotasana o la postura de la paloma en su versión sencilla. Una postura que nos ayuda a abrir la cadera, estirando, por un lado, las ingles y el músculo piramidal de la pierna flexionada y por otro, el psoas de la pierna estirada.
Además de esta flexibilidad, kapotasana ayuda mucho a relajar las lumbares y a liberarlas de tensión. De modo que si tienes sensibilidad en esa zona inferior de tu espalda, practicarla habitualmente te puede ayudar a reducir o disipar esa molestia, así como a contrarrestar los efectos del sedentarismo y de mantener una postura sentada (por ejemplo, ante un ordenador) durante muchas horas al día.
Muchas indicaciones se pueden dar de esta postura, pero en este artículo y el vídeo que lo acompaña, me enfoco, sobre todo, en la zona de la pelvis.
En particular, te diría que no dejes que la cadera (de la pierna flexionada) caiga hacia un costado sino que la mantengas centrada. Si hace falta, apoya la nalga en un soporte. Y, sobre todo, que hagas el gesto de llevar ese lado hacia atrás. Verás que la postura se vuelve más intensa, profundizando en el estiramiento.
Si permanecer ahí te demanda mucho esfuerzo, concéntrate en tu respiración y, cada vez que exhales, visualiza que tu aire sale por la zona donde sientes ese estiramiento intenso. Intenta practicar esto habitualmente y verás que esta respiración te ayudará mucho a gestionar la postura y, por tanto, contribuirá en su función de limpieza y liberación de tensiones emocionales que el cuerpo va acumulando.
Intenta además, mantener la pierna que está estirada, muy activa, presionando con ella hacia el suelo. Te dará más firmeza y profundidad.
¿Has observado que las posturas de yoga te generan sensaciones y que éstas van cambiando con el tiempo y la práctica? Personalmente, con la postura de la paloma tengo presentes tres momentos distintos y sensaciones distintas:
Recuerdo cuando la empecé a practicar. Mi entonces novio (ahora marido) y yo íbamos a un estudio en el centro de Barcelona los sábados por la mañana con Mariona, de la que tanto aprendí. Me quedó el recuerdo que la incluía mucho en sus clases y aún hoy tengo presente aquel mi disgusto por la postura. Sólo al oír su nombre ya sentía rechazo y durante la práctica, sólo quería que terminara.
Años más tarde y con más flexibilidad ya no me resultaba tan incómoda y sin embargo recuerdo llorar en ella cuando Andrei Ram la guiaba, instando al practicante a que se concentre en liberar o soltar cualquier tensión en la relación con la madre y el padre, respectivamente.
Y otro momento-paloma también, fue durante mis dos embarazos. Esta postura previene y alivia molestias de ciática, lumbalgia y abre cadera.. todo ello necesario en el embarazo, así que en esas etapas sí recuerdo practicarla con placer y constantemente.
¿Qué te genera a ti esta postura? Y, cuando hayas visto el video y probado mis consejos, cuéntame cómo lo has experimentado y si te han servido.
Te invito, pues, a que veas este video de 1’45’’ y observes en tu práctica si hay algún aspecto a mejorar en tu postura. Y si te parece que puede servirle a alguien de tu entorno, por favor compártelo.
Cuéntame si te han ayudado en los comentarios debajo del video o si quieres que te hable sobre algo en particular, dímelo también. Me encanta leerte.
Espero que te resulten útiles mis consejos y, sobre todo, que te animes a practicar.
Un amoroso abrazo,